Descripción del proyecto
Hijos sin dios
Cómo criar chicos ateos, 2007, Buenos Aires, Editorial Sudamericana. En colaboración con Ximena Ianantuoni.
Los chicos que crecen en hogares con padres ateos preguntan cosas: ¿Por qué no estoy bautizado? ¿Por qué no hice bar mitzvá? ¿Qué es Dios? ¿Dónde está? ¿Qué pasa cuando nos morimos? Estas preguntas tiene una respuesta religiosa posible, pero también tienen una respuesta atea. Este libro propone formas de abordar ese diálogo (a veces más dificil para los padres que para los hijos) sobre temas fundamentales con nuestros chicos, recorre el camino de explicaciones sencillas que traducen una visión atea de la vida accesible a la primera etapa de la vida. Al final del libro hay algunas preguntas de chicos respondidas a modo de ejemplo o propuesta.
Párrafos del libro
“Sí, yo me siento completa y absolutamente ateo, al punto de que el tema mismo de la existencia de dios no me resulta demasiado atractivo. Es decir, no siento que dios sea una cuestión en mí, no me pregunto por su existencia, dudando, como los creyentes suponen que hacen los que no creen. Si, me respondo sin dudar, dios existe, es una idea que tiene mucha gente, una referencia de sentido, un destino. Dicen: Bueno, no creés en el dios de la iglesia pero creerás en tu propio dios, o bien no creerás en dios pero creés en algo, en la naturaleza, en el hombre, en vos. Y eso da la oportunidad de explicar la cosa con exactitud . Yo no creo en nada. Y esto no quiere decir que sea un escéptico, un triste, una persona que sienta al mundo vacío de sentido (todo lo contrario), quiere decir que si bien sé que existe la naturaleza, el hombre, que existo yo, eso no se traduce en una
creencia. Las cosas existen más allá de mi creencia. No creo en la naturaleza, la naturaleza es, existe, la soy, y no debo dirigirme a ella con reverencia o con una actitud de fe”.
“¿Por qué hay pobreza y sufrimiento? ¿Por qué dios deja que haya guerras o terremotos? (Sofía, 8 años) Las guerras, la pobreza y el sufrimiento pertenecen a la naturaleza humana. No es dios el que deja o no deja que estas cosas pasen, pero los creyentes sienten que dios es una manera de luchar contra esas cosas. Si bien no se puede exterminar la violencia sí se puede limitar su alcance en situaciones dadas, y esto es tarea para los humanos, no para dios”.